Calidad alemana.

Desde siempre la ingeniería alemana y los productos de calidad alemanes gozan de gran prestigio en todo el mundo. Mucho antes de acuñarse la expresión “Made in Germany”, WITTE ya representaba valores como la innovación, precisión y fiabilidad alemanas. El día de hoy seguimos tan comprometidos con estas virtudes como con Alemania misma como emplazamiento. Ambas son para nosotros una parte integral de nuestra identidad y filosofía de calidad.

Todo comenzó con una aguja:

Ya en 1785 WITTE inició la producción de agujas para el sector textil, guarnicioneros y zapateros. No tardó en suministrar sus productos a clientes en todo el mundo. Si a principios del siglo XIX se producían 10 millones de agujas al año, ya a mediados del siglo esta empresa familiar en expansión se encontraba entre las compañías líder de su sector con una plantilla de 1 200 empleados y una producción de 2 millones de agujas al día.

El gran arte de producir destornilladores:

Cuando, debido a la automatización, las máquinas fueron sustituyendo cada vez más a los sastres, guarnicioneros y zapateros, ya hacía tiempo que WITTE había consolidado su reputación como fabricante de herramientas para la industria automovilística y de vagones. En esa época la compañía desarrolló el producto que forma el fundamento de la marca hasta hoy: el destornillador. Desde entonces, WITTE lo ha ido perfeccionando como ningún otro fabricante –gracias a la innovación constante, las más elevadas exigencias en cuanto a ergonomía y materiales y, naturalmente, la máxima calidad “Made in Germany”.

Donde la innovación es tradición

Witte se encuentra en medio del centro de la producción de herramientas en Europa: al borde de la región Bergisches Landes y, por tanto, de una región famosa por su tradición centenaria en el procesamiento de alambres y la producción de herramientas, que hasta hoy continúa marcando la pauta en el mercado mundial de las herramientas. WITTE contribuye decisivamente a que esto siga así.